martes, 27 de marzo de 2012

Ni por tierra, ni por aire, ni por rieles



Ni por tierra, ni por aire, ni por rieles


Por David Sánchez Juliao 


"¿Por qué en el Caribe, siendo tan plano, a ninguno de sus gobernantes u honorables senadores se les ha ocurrido proponer la construcción de una línea férrea desde la Guajira hasta Córdoba que nos interconecte? "


Son muchas las reacciones que mi penúltima columna en este querido Heraldo ha suscitado. Me refiero a aquella titulada La transversal aérea del Caribe, en la que planteaba el triste hecho de que resulta imposible viajar por aire entre ciertas importantes ciudades de nuestra Región; realidad que contribuye a acentuar, tanto el distanciamiento entre los Caribes como su dependencia de los centros de poder del ‘interior’.
Por ejemplo, el científico Salím Mattar, Ph. D, me escribió desde Montería: “Justamente estando en Buenos Aires hace un par de semanas en la estación de tren de Recoletos, me hice la misma pregunta, pero no desde el aire. ¿Por qué en el Caribe, siendo tan plano, a ninguno de sus gobernantes u honorables senadores se les ha ocurrido proponer la construcción de una línea férrea desde la Guajira hasta Córdoba que nos interconecte? Qué hermoso seria un paseo por este Caribe lleno de gente amable y sonriente, pero tan olvidados de nosotros mismos. Así como el túnel de La Línea y otros más han costado miles de millones de dólares, por concesión también se podría construir el Trans-tren-Caribe que no uniera, como bien tú dices David, de ‘Cabo a Rabo’: desde el Cabo de la Vela hasta Rabolargo en Córdoba”. 


Imagen tomada de  www.festivalvallenato.com 
El periodista Enrique Herrera Barros comentó desde la Guajira: “Fíjate, hace dos o tres años la Aeronáutica Civil autorizó a Satena para que volara a Riohacha, por un ‘paranpanpán’ que le armamos a Uribe, de modo que Avianca no nos siguiera maltratando con sus altas tarifas. ¡Pregunta si ha venido la primera vez! ¿Y los parlamentarios?, bien, gracias. Y ellos lo saben, porque yo se los dije”.
Luego, desde Valledupar, la periodista Lolita Acosta: “Esto me hace recordar la primera vez que vino Lisandro Duque invitado por El Diario Vallenato a dictar una conferencia sobre cine aquí a Valledupar. Aterrizó en Barranquilla porque en el único vuelo que había a Valledupar no hubo cupo. Cuando llegó a Barranquilla ya no había buses para Valledupar, hacia donde sólo salían en la mañana para poder regresar por la tarde. Entonces, le recomendaron irse a Santa Marta, donde le dijeron que para llegar al Valle en la fecha era mejor irse por Riohacha, porque para acá ya no salían buses. Total, Duque llegó a media noche al Valle en un bus destartalado, lleno de matute, en el que traían grabadoras, whisky y telas, después de darle la ‘vuelta del bobo’ a la Sierra Nevada. Como para una película de él, del mismo Lisandro Duque”.


Desde Toluviejo, Sucre, la gestora cultural Yelena Esther Fuentes Urzola, comentó: “Comparto tu opinión sobre el tema. Ayer debía viajar desde Sincelejo a Riohacha, a darle el último adiós a la Consejera Nacional de Cultura, Maritza Pimienta, Presidenta del Consejo Nacional de Archivos, con quien tuve una buena amistad. Pereció el lunes por la tarde en un accidente mientras conducía cerca de Riohacha. No pude viajar a su sepelio porque en las terminales hay complicación por la época. Tratamos desde el Fondo Mixto de Sucre y el Ministerio de Cultura de conseguir un cupo para volar Montería-Bogotá-Riohacha. El sepelio era a las tres de la tarde. A esa hora, apenas estaría saliendo el vuelo Montería-Bogotá, y el único diario Bogotá-Riohacha saldría apenas al mediodía siguiente. Total, no pude acompañar a su última morada a alguien tan especial como Maritza. Eso aumentó el dolor de su partida. Cuando se viven experiencias como esta, queda el sinsabor del abandono en que han sumido a nuestra tierra Caribe”.


Desde Barranquilla, el industrial Guillermo Mendoza Laverde, anotó: “Es doloroso constatar el aislamiento de las poblaciones costeñas vía aérea. En tu columna te refieres a la línea costera, pero ¿qué tal si miramos hacia la red interior: ciudades capitales con sus periferias, Santa Marta-El Banco, o Cartagena-Mompox, por ejemplo? Estamos a comienzos del siglo pasado, a propósito: la ineficiente malla vial hace tormentoso el desplazamiento por toda la Región Caribe. Además, ¿cuándo llegará el turno para pensar en una eficiente malla ferroviaria que una y desarrolle toda la Región?; ¿el dinero que se ha gastado en mantener el puerto de Barranquilla en Bocas de Ceniza no alcanzaría quizás para una vía férrea que una a Riohacha con Montería y el Golfo de Urabá? El desarrollo industrial de Inglaterra y de los Estados Unidos se logró a partir de unas redes ferroviarias eficientes. ¿Cuándo nos llegará el turno?”.

Pareciera que muchos caribes nos hubiéramos puesto de acuerdo desde diferentes –y muy distantes— puntos de nuestra geografía en torno al tema. Ello, me asombra y me entusiasma al tiempo, puesto que todas estas reacciones ponen una vez más de presente la existencia en el extenso Caribe de un concepto de Región, ¡albricias!


Tomado de:
El Heraldo  

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