Por: Luis Angel Pérez Ruiz, Estudiante Sincelejano de Ciencia Política, Universidad de Antioquía, Medellín. @luisangelsjo
En
Colombia pueden hallarse numerosas tensiones entre las regiones y el poder
central heredadas desde la colonia, por el deseo de establecer un poder
centralizado sobre unas regiones vastas imposibles de unificar bajo una misma
fuerza; Dentro de estos procesos,
históricamente el Caribe Colombiano ha sido abanderado en el país, debido a sus
tempranas desavenencias con el poder central, y sus continuas aspiraciones de
autonomía desde la época de la independencia y aún siendo posible rastrear
históricamente estas desde la Colonia. Esta Región,
constituida por ocho departamentos a saber: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba,
Guajira, Magdalena, San Andrés y Sucre,
se ha establecido como un territorio continuo cultural e histórico;
además de una región socio geográfica sin que haya tenido que existir de por
medio una estructura administrativa e institucional que la integre; esto debido
tanto a la debilidad en ocasiones de la unidad regional, como a la organización
centralista del país y las políticas concentradoras del poder de los gobernantes de la capital. Han sido casi doscientos años de reclamos intermitentes
pero que confluyen siempre en un mismo propósito, la autonomía de una región,
que a pesar de sus múltiples diferencias internas se auto reconoce como tal.
Desde
1820 la región costeña empieza a distanciarse de Santafé, y con manifestaciones
populares se hace visible un sentimiento separatista entre los habitantes de
Cartagena y toda la provincia adyacente.
Dice Gustavo Bell que “a partir de 1821 los costeños empezaron a
pertenecer a una región diferente a otras regiones del país, incluso muchos han
llegado a asegurar […] que quizás la única región en Colombia es la región
costeña”[1]
Juan
José Nieto, Gobernador del estado de Bolívar, manifestaba que “ninguno podrá
negar la oposición de intereses que hay entre las provincias de la costa y el
centro” [2]acuñando
el término La Costa que aparece por
primera vez en una carta dirigida al General Santander en el que Nieto exponía las ventajas de un
sistema federal para la región costeña. Desde entonces este término ha sido
transversal en todas las discusiones y discursos político territoriales del
país.
Otro
momento que mostró los intereses regionalistas fue durante la guerra civil de
los supremos (1840-1842), en la cual cinco provincias de la costa a saber:
Manzanares, Cibeles, Cartagena, Mompox y Riohacha, decidieron separarse de la Republica de la Nueva Granada
y convertirse en estados soberanos
independientes. En 1875 se da el último
acontecimiento regionalista del siglo XIX, cuando se reúnen en Bogotá y luego
en Barranquilla la Sociedad de
representantes de la costa Atlántica que buscaba reunir apoyo de diversos
sectores políticos, económicos y sociales con el fin de apoyar la
candidatura de Rafael Núñez a la
presidencia, dándole un carácter regionalista a estas elecciones. Esta
asociación de parlamentarios sucumbió a lo coyuntural y se disolvió luego del
proceso de la campaña.
En
la segunda década del siglo XX se realiza en la ciudad de Barranquilla la
primera asamblea de la liga costeña en 1919 con la participación de grupos
políticos y empresariales de los departamentos de Bolívar, Atlántico,
Magdalena, Chocó y Guajira[3], las cuales contaban con
los periódicos regionales como medio de difusión de sus objetivos, que giraban
principalmente en torno al factor económico, y más específicamente a las
condiciones de navegabilidad del río Magdalena. El memorial que presentó la
Liga Costeña a la Cámara de Representantes en 1919 fue una demostración de
acuerdo regional, donde se identificaron políticas comunes y se superaron
tradicionales rencillas internas.[4]
En el asunto de la lucha de poderes centrales
versus regionales, probablemente nada cuenta con mayor importancia en tanto
sinónimo de logro para las regiones, que la Constitución de 1991, donde los artículos 306 (Región Administrativa y de Planificación R.A.P.) y 307 (Región Entidad Territorial R.E.T.) Representan un gran avance en comparación a
la Constitución de 1886, rompiendo el molde centralista, al menos en la
formalidad, aun cuando en la práctica esto no tenga ningún efecto práctico hasta
el momento.
Durante los últimos años se dio un proceso
aun más acentuado dentro de la región Caribe, en lo concerniente a lograr una
mayor autonomía en relación al poder central. El tema llega al Siglo XXI con la
firma de El
Compromiso Caribe, el cual es firmado el 2 de noviembre de 2007, por
académicos, empresarios, políticos, trabajadores, representantes de comunidades
étnicas, estudiantes, técnicos y expertos provenientes de los ocho
departamentos de la región Caribe de Colombia, quienes decidieron trabajar para
promover la discusión sobre las disparidades regionales del país. Se reconoce
la persistencia de brechas entre las regiones y se plantean propuestas y
compromisos. Con el liderazgo del Gobernador del Departamento del Atlántico,
Eduardo Verano de la Rosa, constituyente de 1991, y uno de los promotores de
las regiones en dicha constitución, el 29 de enero de 2008 se expide la
“Declaración de Cartagena”, en donde los Gobernadores y los alcaldes, por
unanimidad, “asumen los compromisos formales de Desarrollar todas las
actividades tendientes a la constitución de la Región Caribe como una sola
persona jurídica de derecho público y con autonomía administrativa y
patrimonial.
Se presentó así, ante el Consejo Nacional
Electoral un texto para la papeleta. Finalmente se convoca la consulta del voto
Caribe para el 14 de marzo de 2010, en la cual los ciudadanos de todo el país
que así lo desearan podrían introducir una papeleta que contenía el siguiente
texto aprobado por el CNE.
“Voto a favor de la constitución de la
Región Caribe como una entidad territorial de derecho público, con autonomía,
para que promueva un desarrollo económico y social en nuestro territorio,
dentro del Estado y la Constitución colombiana”.
Durante
estas votaciones se logran obtener 2’502.726 votos Superando con creces la meta
de Un Millón de votos, Los extremos son Sucre donde se quintuplica la meta y
San Andrés donde no se alcanza. Luego de este proceso electoral, El Presidente
Juan Manuel Santos se comprometió con los gobernadores del Caribe Colombiano a
presentar un proyecto de ley de Ordenamiento Territorial, el cual efectivamente
fue aprobado por el Congreso, pero que genero muchas discordias con los
gobernadores puesto que consideraban que este no estaba en concordancia con lo
aprobado por los ciudadanos en el Voto Caribe. Por lo que ha generado numerosas
controversias del poder central con los gobernadores de la costa, y entre estos
y los del resto del país. Por ello el proceso aun no acaba, y la opinión frente
al tema sigue generándose, esperando la aplicación de esta ley.
[1]
RESTREPO ARTEAGA, Juan Guillermo. El Caribe colombiano: aproximación a la
región y al regionalismo. Documentos CERES, No 17, Barranquilla, Ediciones
UniNorte, 2000, Pág. 47
[2]
POSADA CARBO, Eduardo. El regionalismo Político en la Costa Caribe. En: el
rezago de a costa Caribe colombiana, Banco de la Republica, 1999. Pág., 332.
[3] RESTREPO
A, Juan Guillermo. Región o regionalismo ¿autonomía o integración? En: revista bitácora urbana
territorial. Vol. 1, No 8. pág. 48
[4] POSADA CARBO, Eduardo. Identidad
y conflicto en la formación de la regionalidad 1900-1930 (1). Disponible en:
http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/huellas/7/Huellas_7_1_IdentidadyConflictoenlaFormaciondelaRegionalidad.pdf
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